miércoles, 15 de noviembre de 2017

Sobre el trasfondo.

UNA HISTORIA.

Quizás por deformación profesional o por mi afición a la lectura ( y a que soy del 82 y por tanto mi generación tuvo que desarrollar la imaginación justo antes de la explosión de los móviles y las nuevas consolas), el principal atractivo cuando me acerco a un wargame es la calidad de su trasfondo. Soy de los que piensa que un juego de miniaturas sin trasfondo acerca más al hobby a la visión mundana de "muñequitos" con los que se juega empleando dados y reglas, no siendo más que trozos de metal o plástico cubiertos de pintura. 

No sé vosotros, pero contemplar una miniatura para mí evoca un enlace con el trasfondo que tiene. El diseño de sus ropajes, sus armas, la postura o incluso la actitud de su rostro demuestran lazos con una historia previa que la identifica como tal. No es sólo un "bárbaro", es Oleg Manorroja, hijo bastardo de un jarl norteño, repudiado cuando era un niño y abandonado en un terrible bosque repleto de peligros. Recogido por una familia de leñadores parecía que su vida estaba abocada a un final ordinario, cuando unas visiones le hicieron recordar su vida anterior y cómo su padre los había abandonado a él y su madre, obligándoles a huir hacia el bosque. Eso unido a una furia de origen desconocido, pero terrible e implacable, hizo que Oleg matase con su hacha de leñador a su familia adoptiva y tras prender fuego a su hogar, emprendiese la venganza contra su padre, el jarl.

Creo que después de esto, os habréis imaginado las escenas. Si eso lo aplicáis a la figura que tenéis delante, entonces seguramente, ya no la veríais igual. A eso me refiero con trasfondo, aplicado a una escala variable que prefiráis. Desde un personaje pequeño y miserable hasta la crónica de una horrible batalla o una traición inesperada en la familia real de turno. Ese aspecto rolero es el que a mi modo de ver, hace de este hobby algo diferente.

LETRAS VS NÚMEROS.

Uno de mis personajes favoritos del mundo de Warmachine: Tristan Durant
Evidentemente, no soy un gran jugador de Warhammer o Warmachine. Está muy claro que cuando lo que te interesa es el trasfondo, ya sea el propio u otro diferente ya hecho, uno procura reproducir lo que has leído en la realidad, no importa si es lo último de lo último o lo peor del universo.

Y como decía Catalina de Rusia..."el papel todo lo aguanta, pero la carne de mis campesinos, no". 

Ser romántico te lleva a enfrentarte a los números. Y es que sí, que tu bárbaro tendrá una historia cojonuda, un trasfondo propio de Abnett o Dembsky-Bowden, pero si el nigromante de turno le lanza un hechizo que hace 2d6 heridas con -6 a las TDS (que haces con 1d6 por cierto), pues el historial de Oleg junto al mismo Oleg se va a hacer gárgaras al campo. Quizás tú, en un alarde de optimismo, digas que Oleg murió cuando el terrible nigromante Jarkus le lanzó un hechizo llamado Arrancalmas. Pero el caso es que has perdido y tu rival, que seguramente es informático, está encantado pensando en los cientos de probabilidades de que esa escuadra de berserkers que tienes en tu flanco caiga ante sus lanzavirotes de 3d6 con -2 con repetir (sí, ese lanzavirotes que tú llamas Muerte Encarnada).Y quieres saber algo más? Con raíces cuadradas y derivadas, seguro.

Entonces, aquí nos adentramos en la dimensión de la calculadora y mi palabro favorito: metajuego.

EL METAJUEGO.

Esta palabra tan estupenda viene a referirse a lo que rodea al juego. Pero a mi modo de ver, es más bien lo que rodea inmediatamente al juego, "usease" el jugador que lo juega. Muy parecido a seguir la moda o no. Es una especie de dictadura que se desarrolla a raíz de unas directrices que pueden ser proporcionadas por la empresa dueña del juego o que se lleve en tu círculo de juego local. Lo que lleva a considerar al juego como algo tan volátil como una veleta en lo alto de un campanario. Así las cosas, podrías encontrarte que tu amigo te despliega enfrente de ti un ejército lleno de soldaditos un mes y en cuanto pasen tres, por un cambio de la Guorsho, llegamos a verle con otro completamente blindado con aliados tiránidos. 

Trasfondo vs Torneos
Esa especie de prostitución consentida de nuestros principios como amantes del trasfondo son pequeñas cuñas que se introducen y permiten a empresas como GW revisar y destrozar líneas de trasfondo para dar cabida a las abominaciones que han salido en los últimos años. Me refiero especialmente a los Necrones. Cuando llegaron, este ejército era realmente inquietante...algo plano en trasfondo, pero muy logrado. Máquinas cibernéticas sin sentimientos ni racionalidad controladas por unas divinidades atemporales que comenzaban a destruir planetas imperiales situados en las áreas exteriores del universo. Una sensación de sudario polvoriento en cámaras sepulcrales de aire viciado te recorría la mente mientras leías aquel códex. Sin embargo, de pronto, por arte de magia...

¡Los necrones eran egipcios! Y hablaban y todo. Y tenían sus dinastías enfrentadas entre sí, y sus devaneos amorosos (hola, Ángeles Sangrientos). Esto permitió hacer un trasfondo que permitiese a nivel de juego justificar el número de aberraciones que durante séptima atormentaron las mesas de juego. Daba la sensación que el trasfondo era de usar y tirar.

LA MUERTE DE UN MUNDO.

Pero si de eso último queremos hablar... Age of Sigmar se lleva la palma. Creo que aunque era lógico que una empresa buscase una solución a una línea de productos estancada, la destrucción del Viejomundo de Warhammer fue una tragedia a nivel de trasfondo. Nada original, todo mezclando ficción, historia, cuentos, mitos universales...pero original sí en esa mezcla. Treinta años de historias, de personajes fantásticos (hola, Tyrion o Teclis), villanos y demás al guano. De hecho, en realidad, fijaos si al final el trasfondo es importante que para hacer un antes y un después en sus productos, GW procedió a DESTRUIR el trasfondo anterior o si no no se comprendería a los rutilantes Sigmarines en mitad de Altdorf. 

El problema fue que el nuevo trasfondo que aún estando por hacerse, no se lo cree nadie. El grado épico de las tramas narrativas y los escenarios en los que discurren las campañas y demás es tan enorme que es ridículo. Está claro que en el Viejomundo también, pero digamos que su sustrato, de donde emergían esas historias, era más real, más terrenal: la muerte de Isabella y Vlad Von Carstein en las murallas de Altdorf o las incursiones de Grimgor PIelhierro como un Atila en el corazón del Imperio. Situaciones posibles, reales, llevadas a una escala superlativa que incluso en ocasiones rozaba lo ridículo. 
La Soyuz de Sigmar...¿de verdad?

Pero en el caso de Age of Sigmar, hay situaciones ridículas como el pasaje en el que para subir hacia una montaña imposible, un grupo de Stormcast suben escalando por una fuente de plata solidificada clavando sus espadas en ella ¿¿??...¿De verdad no había otra manera? Quizás por eso, en mi ránking de juegos a los que juego ahora, Warmachine esté por delante de Age of Sigmar. Para mi, un Lord Cellestant de los Stormcast tiene menos carisma que una lechuga. Entre él o la historia de Coleman Stryker, el warcaster de Cygnar, o Deneghra, warcaster de Cryx... hay un abismo.

Sólo comentar que tras la llegada de Age of Sigmar fue enternecedor ver a tanto culoduro llorar la muerte del trasfondo anterior y que GW lo que quería era vender más muñequitos. Oh, sí. No me digas. Tú que te hiciste un ejército de motoristas de Cicatrices Blancas. 

UN RETO.

Otra cosa que me parece interesante comentar aquí es el reto: llevar una lista con cierto trasfondo razonable para una competición y luchar contra las maquinarias existentes. En el último torneo en el que participé, fui sodomizado de manera cruel con la séptima edición, y ahí supe que no era mi lugar. Llevaba mucho tiempo sin jugar y por desengrasar, me metí ahí. 

Mal. 

Sin embargo, antes, cuando iba más a menudo, sí es cierto que llevar listas así sorprendió a más de uno porque "eso no es a lo que se juega"...Sí, criatura, llevas razón, pero tú te has preparado para algo a lo que podrías enfrentarte y resulta que no lo tienes enfrente. Así que eres ahora mismo un conejo sordo, ciego y mudo en mitad de una carretera. No sabes qué puede ocurrir. 

Aún recuerdo cuando en un torneo me dijeron que ese ejército eldar que llevaba era infumable (era sexta edición). Yo no sé si era infumable pero el amigo perdió con sus recién sacados necrones y monolitos cuando le saqué cosas que no esperaba. 

Quizás esa sea la única baza que el trasfondo pueda aportar en entornos competitivos o de torneos: lo inesperado y lo poco acostumbrado.

Pues nada, espero que os haya gustado esta reflexión inicial. 

Primer contacto.

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Soy Meliadus y soy un veterano aficionado al mundillo del Wargame en general, especialmente Warhammer 40000 y Warmachine en particular, que son los juegos a los que puedo dedicar mi tiempo libre en la actualidad.

Las pretensiones de este blog no son elevadas. Simplemente, es un canal para transmitir mis ideas, pensamientos, partidas o críticas de libros o trasfondo de los juegos que anteriormente os he comentado. Pensad en este blog como un área de recreo al que un tipo ya metido en los treinta y responsabilidades puede descansar y como podríamos decir, "frikear" un poco.

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